No creo que pueda esconder mi entusiasmo, o al menos mi ilusión, por el nuevo programa de humor que estrenó anoche Antena 3. La escobilla nacional es algo así como un DEC totalmente descontrolado y sin censura ni preocupación por demandas y demás tonterías. Una sucesión de grandes imitaciones y personajes con un único fin, reírse y hacer reír. Reírse de un mundo (el del corazón) que es tan absurdo que anoche no me pareció exagerada ninguna de las situaciones que representaron, y hacer reír al respetable pero con ese punto de ironía y de mala leche que tanto me gusta reivindicar a mí. Y que tan necesario es para que el humor sea efectivo. Además de todo esto, hay que añadir la presencia y el histrionismo del señor Angel Llacer, que lo convierten en el presentador ideal para este pequeño lío de programa.
Casi todos los actores consiguen un nivel impresionante, con unas imitaciones de calidad que solo se salen del personaje cuando es oportuno y para provocar la risa. Quizás una de las mejores bazas de La escobilla nacional es su estructura de programa en directo, con esos intercalados de realización y esos videos, que dan la oportunidad de parodiar otros mundos (como la política) o situaciones de la vida privada de los imitados. A mi me pareció un inicio sensacional y divertido, y si la audiencia les da una oportunidad (no lo se, pues escribo esto antes de que se sepan) las cosas evolucionaran hacia terrenos mucho mas ácidos y críticos, lo que lejos de ser malo hará el programa mucho mas divertido.
La escobilla nacional es un divertimento sano, con vistas a ser algo muy bueno. Seria genial que eso pasase. Ahora si me perdonáis voy a ver a Mayra Gómez Kemp en Pánico en el plató y mañana os cuento.
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