martes, 13 de agosto de 2019

La Sociedad literaria y el pastel de piel de patata.

         

El director de Cuatro bodas y un funeral, Mike Newell, probablemente será siempre eso, que no es poco. Al fin y al cabo es una de las mejores comedias románticas de la historia que ademas envejece perfectamente. También es el director de La Sociedad literaria y El Pastel de Piel de Patata, una película de titulo extraño (que se explica enseguida) y muy buen rollo a pesar del tema.




Guernsey es una de las islas del canal de la mancha por donde pasaron los nazis antes de llegar a Inglaterra, y con este telón de fondo Newell consigue construir (basandose en la novela original) una historia amable y romántica pero nada empalagosa. De hecho se demuestra una vez mas que lo importante a veces mas que la historia es como esta hecha y contada. Al final se trata de un tema clásico, una extraña aparece en un entorno y a través de su relación con los distintos personajes vamos descubriendo mentiras y secretos escondidos, pero de una manera amable, incluso en ocasiones divertida.



La Sociedad Literaria y El Pastel de Piel de Patata es un ¨feel good¨, una película que se ve con gusto, que te hace sentir bien y sacar una sonrisa de vez en cuando. Una de esas que una vez acabada uno se alegra de haberla visto.

sábado, 10 de agosto de 2019

Pequeñas Coincidencias



Me pasó algo raro con esta serie, cuando supe de ella me interesó mucho, tanto por Marta Hazas como por Javier Veiga (creador y protagonista). Luego cometí el error de leer una critica de ella cuando se estrenó y perdí un poco las ganas. Gran error por mi parte.

No es fácil la comedia, es más difícil hacer reír que hacer llorar o eso dicen y estoy muy de acuerdo. El humor es tan subjetivo que lo que a mi me hace mucha gracia puede que a ti no te haga ninguna. Aunque en realidad la mayoría del tiempo nos reímos de las mismas cosas, de los mismos temas, y es que hay chistes, bromas y situaciones que funcionan una y otra vez. Su éxito depende de lo bien o mal hechas que estén las cosas.

Esto viene a cuento porque Pequeñas Coincidencias le da muchas vueltas a las mismas cosas, incluso a veces demasiadas, pero todo esta tan bien hecho y con tanta gracia que da igual, te ríes que es al final de lo que se trata. Lo mas esencial en una comedia (al menos en las mejores comedias que me han gustado a mi) es crear un “mundo”, un entorno en el que al espectador le guste estar, donde se sienta cómodo y al que quiera volver (los fanaticos de Friends saben de lo que hablo). Y eso lo consigue con creces la serie, sobretodo gracias a unos personajes amables y que caen bien (todos) y a un guion lleno de referencias y comentarios dedicados a buscar la complicidad del espectador y sobretodo la risa, sin complejos y sin tomarse demasiado en serio, solo cuando es necesario.



Lo que si desprende por los cuatro costados Pequeñas Coincidencias es olor a clásico, a comedia clásica, a ciertas reglas que si se siguen bien funcionan. A Veiga se le notan los años de oficio, de buen oficio y de amor por la comedia. Comedia que no tiene porque gustar a todo el mundo ni lo pretende y que demuestra se puede hablar para muchos públicos sin ser políticamente correcto.





Claro que todas las virtudes anteriores no servirían de nada si uno no consigue el reparto adecuado, que sirva para la comedia y la sepan interpretar. En ese sentido todo parece funcionar a la perfección, los protagonistas principales (Hazas y Veiga) estan maravillosos, pero todos los personajes secundarios que rodean sus respectivos universos hacen que el conjunto brille con una intensidad que hace tiempo que yo no veía. Con la mención especial a Mariano Peña que es muy grande y siempre que sale es garantía de comedia de altura.

Pequeñas Coincidencias es una comedia clásica redonda. Un disfrute para el espectador que quiere reírse. Una sucesión de personajes que quiero volver a ver. Un lugar al que quiero volver.