La primera vez que vi Manhattan, no era consciente de lo que
estaba viendo. Quiero decir que mi corta edad y mis (escasas) experiencias me
limitaban y aun no tenia la capacidad suficiente para poder disfrutar de
semejante obra maestra.
No recuerdo el momento, pero si recuerdo porque me decidí a
verla la primera vez, acababa de ver Desmontando a Harry, y me había divertido
tanto que decidí ponerme al día con el resto de la filmografía de Woody Allen.
Por supuesto quede fascinado por su mundo, pero recuerdo que Manhattan me gusto
pero no de una forma especial como pudo hacerlo , por ejemplo Bananas. Como
digo probablemente fue la edad y el momento.
La segunda vez que vi Manhattan fue una de esas cosas que te
fuerzas a hacer, que te obligas por que sabes que es algo bueno sin duda. Fue
en la (breve) filmoteca de Castellón, en un ciclo sobre luces y sombras en el
cine, donde esa tarde solo asistimos media docena de personas. En esa sala viví
uno de los mejores momentos que puedo recordar como cinéfilo, era como si nunca
la hubiese visto, no recordaba nada de esa película, para mi era como verla por
primera vez. Las espectaculares sombras de Manhattan me envolvieron y me
enamore definitivamente del tándem Nueva York/Woody Allen.
La tercera vez que he visto Manhattan ha sido este fin de
semana. La excusa ha sido un cambio de televisión, por fin nos hemos pasado a
la alta definición total, y para celebrarlo nos compramos algunos Blu-rays. Por
suerte la Fox
tiene una oferta de 2x1 en algunos de sus títulos, y así es como volvió
Manhattan a mis manos.
En este caso la experiencia fue diferente. Al parecer mi
edad y mis experiencias han cambiado mucho, yo creo que para bien. He conocido
esa ciudad en persona, he estado allí las suficientes veces como para cuando voy
no considerarme un turista, e inevitablemente me he enamorado de ella. Por eso
la experiencia fue distinta una vez mas, pero sin perder una pizca de calidad,
Manhattan me sigue emocionando, sus luces y sus sombras me siguen envolviendo y
sus diálogos siguen haciendo que suelte carcajadas con mucho placer.
No hay dudas que Manhattan es un absoluto clásico, y si eres
de esos que no se deciden o nunca has visto una de Woody Allen ni te lo
pienses. Si puedes hacerlo en un cine seria lo ideal, pero como eso va a ser
difícil, consíguela, a ser posible en 1080 y con un buen sonido para disfrutar
de esa espectacular banda sonora. Lo peor que te puede pasar es que pierdas
hora y media, y lo mejor que consigas una película para toda tu vida.
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