Malditas audiencias

A las audiencias en este país no hay quien las entienda, la semana pasada en su estreno Guante Blanco consiguió unos resultados mas que aceptables siendo la segunda opción mas vista, sin embargo esta semana a caído seis puntos de golpe, de lo que se deduce que a la gente no le debió de parecer lo suficientemente buena para darle una segunda oportunidad. Una lastima porque la serie tubo un comienzo inmejorable, pero esta claro que cuanto mayor es la cadena mas le exigen a una serie, y como ha pasado con mucha este año si la cosa no mejora (no suele suceder) a Guante blanco le quedan un par semanas.

Y hablando de audiencias, Escenas de Matrimonio marco el miércoles su mínimo desde que se emiten en la sobremesa. Telecinco desdoblo un programa que le funcionaba en el "acces prime time" consiguiendo datos excelentes (sigo sin entenderlo) y lo paso a las sobremesas para ver si levanta la audiencia en esa franja horaria que se le resiste.El resultado, fracaso total, y es que la gente quiere ver lo que quiere ver en cada momento y Telecinco no acierta a darle al publico lo que quiere en ese horario.Si se dejaran de tanta demanda inútil e hiciesen un programa pensando únicamente en divertir al espectador y no tratarlo como si fuera gilipollas, como en Esta pasando, a lo mejor la cosa iba mejor.

Quizás el problema es que Telecinco no se conforma con ser una cadena líder de audiencia muchos meses, quiere serlo todos y a todas horas y da la sensacion que se vuelven locos cuando un mes no lo son, como paso en agosto con La 1 y los Juegos Olimpicos.Casi puedo imaginarme a Vasile tirado por el suelo y sacando espuma por la boca leyendo las audiencias ese mes.Esta avaricia desmedida se traduce en malos programas (por mucha audiencia que tengan) y malas ideas que acabamos sufriendo todos, porque al final algunos de esos programas inevitablemente se quedan y los vemos, quien no ha acabado viendo La Noria cualquier sábado por la noche tirado en el sillón. Con esto no quiero dividir las culpas, los espectadores tenemos una parte, pero ínfima comparada con la suya, porque ellos son los que deciden que se emite y que no, nosotros nos limitamos a ver (o no) lo que nos sirven.