lunes, 27 de febrero de 2012

The Artist


The Artist es la película del año, sin duda. Así lo han decidido los académicos de Hollywood y probablemente la mayoría de la gente que la vea.
The Artist es una película muda, pero en serio, no es que hayan hecho algo moderno recreando una película de cine mudo, no, es una película muda y hace de ello su mayor virtud.

Envuelta en la etiqueta de comedia The Artist nos cuenta una historia bastante convencional, que no es la primera vez que se cuenta, pero lo hace de una manera irresistible. La película engancha desde el minuto 1, se sigue muy bien y no aburre en ningún momento (lo digo para los que el cine mudo los hecha para atrás). Pero es que además tiene algunas escenas que podríamos catalogar ya de míticas, como la escena en la que ella abraza el traje de el en su camerino o ese perfecto final con onomatopeya incluida.

La factura impecable y una perfecta dirección de actores hacen de esta película un clásico instantáneo, que destila, al igual que La invención de Hugo, amor hacia el mundo del cine por los cuatro costados, además de ser un homenaje a los inicios del cine en Hollywood.

A pesar de todas las buenas recomendaciones que me habían hecho tenia mucho miedo de ver la película, sobretodo por la calidad que se le atribuye y la valentía que se le supone al ser una película muda en los tiempos que corren. Pero todas mis dudas han sido disipadas de golpe por esta excepcional película, que emociona con la fuerza de sus imágenes y la emotividad de una historia clásica.



En los tiempos que corren es cierto que hace falta mucha valentía para levantar semejante proyecto y acabar llevándote varios Oscar, pero lo que realmente tiene valor es contar semejante drama y hacer que la gente acabe con una sonrisa en los labios.

Redondeando y mejorando todo esto están una banda sonora genial de las que se identifican inmediatamente y un perro encantador al que te llevarías a casa sin pensarlo.

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